ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN

Virgen del Carmen, llevamos sobre nuestro pecho tu santo escapulario, signo de nuestra consagración a Ti.

Nuestra consagración, Señora, nos exige una entrega sin reservas a tu Persona, una dedicación generosa a tu servicio, una fidelidad inquebrantable a tu amor y una solícita imitación de tus virtudes.

Santa María, no podríamos vivir nuestra consagración con olvido de quienes son tus hijos y nuestros hermanos.  Por eso, nos atrevemos a consagrarte la Iglesia y el mundo; nuestras familias y nuestra Patria.

Te consagramos especialmente los que sufren en el alma o en el cuerpo: los pecadores, los tentados, los perseguidos, los secuestrados, los marginados, los reclusos, los desterrados, los enfermos…

Madre y Reina del Carmelo, por nuestra consagración somos tuyos ahora y en el tiempo. Que lo sigamos siendo por toda la eternidad.

Amén.